Todo hacía pensar que iba a ser una noche de reyes especial. Un paseo por las calles de París, un puente sobre el río Sena y el aroma romántico que se respira en cada rincón de la ciudad.

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Mikel lo tenía todo preparado y no defraudó. No hincó rodilla porque el suelo estaba mojado pero supo encontrar el momento perfecto para sacar una cajita en la que se encontraba el anillo que, desde ese instante, nos comprometía.  

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​Desde entonces estamos preparando con mucha ilusión lo que para nosotros será el día más importante de nuestras vidas. Es tanto el entusiasmo e ilusión que estamos poniendo en organizar este acontecimiento, que queremos compartirlo con vosotros y que se convierta en un día inolvidable para todos.





Si quieres hablar de él...  ¡no te lo puedes perder!